Monday, June 1, 2015

Cooperativistas auríferos afectan al medioambiente

Un informe del Centro de Estudios para el Desarrollo Laboral y Agrario (Cedla) muestra que los cooperativistas tomaron control de la explotación de oro y son los responsables de la contaminación en las zonas auríferas, por el consumo excesivo de mercurio, que es un parámetro para identificar la producción del metal precioso.

Aunque todavía no hay una información concreta del volumen de producción de oro, las cifras oficiales señalan que en 2014 llegó a 34 toneladas, y en los primeros meses de la presente gestión la cifra es de 19, y en los últimos cuatro años suma aproximadamente 86 toneladas.

En su momento, Héctor Córdova, exviceministro del sector minero y de la Comibol, dijo que habría que analizar con más detalle el volumen de producción debido a los bajones y alzas que registra.

INCREMENTO DE PRECIO DEL ORO

No obstante haber trepado la cotización de unos 250 dólares la onza troy en 2001 a casi 1.840 y 1.775 dólares en 2012 para llegar a los 1.200 dólares actuales, el registro oficial de la producción aurífera presentó un extraordinario salto de 6.5 toneladas (t) en el año 2011 a 27 y 18 t en 2012 y 2013, con valor de 2.281 millones de dólares dejando apenas 21 millones en regalías.

“Como se puede ver, ha disminuido aún más la presión impositiva para el sector minero aurífero, en un escenario en que los precios del oro han crecido hasta 4,6 veces en 2013 desde que empezó la tendencia al alza; esto favorece el saqueo del preciado metal”, en desmedro del Estado y la mayor parte de los cooperativistas y sus dependientes, afirmó Pablo Poveda, investigador del Cedla, que junto a Neyer Nogales y Ricardo Calla, presentaron el libro “El oro en Bolivia”, en el seminario taller la situación del oro en Bolivia, realizado la semana pasada.

En partes del taller las exposiciones mostraron la lucha por el excedente aurífero en municipios clave como Tipuani, Guanay y Mapiri, así como los daños por emisión y derrame de mercurio al medioambiente, lo que presenta un panorama poco alentador, para la naturaleza y una brecha que se amplía, entre cooperativistas propietarios y trabajadores.

Es así que el libro señala que el auge de la explotación aurífera boliviana ensancha graves diferencias entre grandes empresarios del oro, que operan bajo la forma de cooperativas con millonarias ganancias anuales y miles de peones, “voluntarios” y “barranquilleros”, entre otros dependientes encubiertos, que sobreviven con salarios promedio de 2.300 bolivianos.

“Un empresario no asociado habría generado utilidades del orden de 1 a 2,5 millones de dólares en 2013. En ciertos casos las ganancias superan los siete millones de dólares en dicha gestión. Un socio de cooperativa mecanizada en yacimiento aluvial, como capitalista que recibe una ganancia, puede generar un mínimo de 20.000 dólares al año en dividendos, luego de descontados los gastos de operaciones y reposición de activos”, señala partes del libro.

Y mientras buena parte de trabajadores en tareas menores reciben salarios de 1.500 y 3.000 bolivianos, los correspondientes a operadores de volqueta, tractores y retroexcavadoras oscilan entre 2.000 y 5.000 bolivianos.

DINERO MUNDIAL

En su recuento sobre el mercado mundial, precios, demanda y oferta del metal áureo, el libro señala que su valor en relación con otros productos siempre se incrementa, “porque el oro no sólo es valor de uso para la industria como otros minerales, también es la representación material del valor intrínseco de las mercancías: el dinero mundial.”

El investigador da cuenta de otros factores como el sistema monetario internacional, la política monetaria y fiscal de los Estados Unidos, el rol de los Bancos Centrales y sus reservas de oro, las reservas privadas de oro y la especulación, la joyería y el atesoramiento.

MEDIOAMBIENTE

Por otra parte, reportes de Naciones Unidas indicaban que en el 2012, Bolivia habría lanzado al menos 45 toneladas de emisiones de mercurio hacia el aire y derramado en aguas, y suelos 55 t de este metal altamente venenoso.

El uso del mercurio (Hg) en la minería aurífera artesanal y de pequeña escala es “de lejos” la más importante fuente de emisiones Hg metálico evaporado en la atmósfera y de sus derrames en aguas y suelos, con la subsecuente formación del muy nocivo metilmercurio, refirió el experto Ricardo Calla con base en cifras el Programa de Naciones Unidas para el Medio Ambiente (PNUMA).

Los daños no sólo agravan la deforestación de la Amazonia, sino que aumentan efectos ambientales nocivos duraderos en los suelos, el aire y el agua, debido a la polución provocada por arsénico, cianuro y mercurio que suelen asociarse con la explotación del oro.

Las advertencias están contenidas en su trabajo sobre “Medio ambiente y minería aurífera en la Amazonia boliviana: Parálisis local de una investigación científica urgente”, efectuado por Calla para el Cedla en la serie de estudios sobre la explotación aurífera.

PROPIETARIOS

El estudio señala que mientras ciertos estratos de cooperativistas se consolidan como clases propietarias de medios de producción y rentistas, crece paulatinamente el número de trabajadores que dependen de la venta de su fuerza de trabajo a cambio de una remuneración monetaria, según el informe Extracción de oro en la cuenca Tipuani-Mapiri, elaborado por el sociólogo Neyer Nogales para Cedla.

Sean peones, trabajadores a contrato, operadores de maquinaria, “representante” o “voluntario”, afirmó el especialista, resultan igualmente requeridos y rechazados por temporadas en esa cuenca del norte tropical paceño, considerada uno de los depósitos aluviales más importantes del mundo.

Otros trabajadores denominados “barranquilleros” constituyen “una sobrepoblación relativa, anexada por el capitalismo para la producción minera, que se incorpora como parte del ejército de reserva de desocupados, de la clase obrera rural, en espera del llamado de la industria”.

ACTORES PRIVILEGIADOS

Durante el Gobierno del MAS, coincidente con el auge de precios, los conflictos entre distintos actores por el excedente han mostrado, subrayó el sociólogo ciertos cambios, siendo los cooperativistas actores privilegiados, en los derechos sobre la tierra y con ciertos beneficios extraordinarios y subsidios en la extracción de minerales.

Por otra parte, los barranquilleros en crecimiento disputan la bonanza aurífera llegando en casos a tener “participaciones notables”, que dan pie, paradójicamente, al “apogeo de rescatistas y comerciantes” y otros actores formales e informales que adquieren el oro en el lugar.

Empleomin, una oficina estatal, identificó a empresas comercializadoras mayoristas y minoristas. Estos últimos rescatistas tendrían capacidad de negociar entre un gramo y un kilo de oro para su reventa, aleado o puro, al mercado de joyería, son un canal informal de acumulación de oro como intermediarios para la venta al Perú y Chile.

Nogales reiteró que los cambios muestran la consolidación de fracciones capitalistas industriales y rentistas de la tierra en los socios cooperativistas, así como el incremento de obreros asalariados que genera la industria en una fase de elevada mecanización, aunque también señaló la dependencia respecto de otros socios capitalistas más fuertes.

La mayor parte tiene una participación minoritaria, 20 a 30%, sobre los beneficios que se generan por la venta del oro y ninguna cooperativa sobrepasa el 50%.

PRODUCCIÓN NACIONAL

El depredador consumo anual de mercurio en Bolivia está coadyuvando a esclarecer que la producción nacional suma al menos 30 toneladas (t) de oro por año y no las 19 t promedio que registran las cifras oficiales 2011-2013, en un auge de seis años que enriquece todavía más a grandes productores e intermediarios, en desmedro de miles y miles de trabajadores y las regiones, según un artículo de Rolando Carvajal publicado en ANF.

Con ello han comenzado a derrumbarse versiones sobre un “oro peruano” reexportado principalmente desde La Paz, que en realidad sería en su mayor parte resultado de la intensa y bonancible explotación local: unas 91 t tan sólo en los últimos cuatro años, por valor de 4.177 millones de dólares.

De ese monto, el Estado boliviano se contentó con percibir, cuando mucho, 62 millones, poco más del 1.5 % en regalías para las regiones productoras.

Cálculos independientes con proyección al 2015 estiman sin embargo una producción de 114 t por valor de hasta 5.200 M$us., incluyendo el año 2010, cuando comenzó el “salto” productivo en un contexto de precios que evolucionaron desde unos 250 $us la onza troy el año 2000 a un tope de casi 1.900 el 2011 con descenso a los 1.200 actuales.

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