El asesinato de Carlos Sejas, Juan Gómez y Eusebio Domínguez, quienes se trasladaban a Guanay con 500 gramos de oro valuado en 15.000 dólares, es investigado por la Fuerza Especial de Lucha Contra el Crimen (FELCC), según el coronel Gary Omonte, director departamental de la Policía.
Los cadáveres de las víctimas, que se presumió fallecieron en un accidente vehicular, fueron hallados a 100 metros de profundidad cerca de la localidad de Tomachi.
Inicialmente se denunció el hecho como accidente, empero los policías del lugar, tras rescatar los cuerpos hallaron evidencias que hacen presumir que fueron asesinadas en un atraco.
El abogado de las víctimas, Freddy Cuentas, denunció que el presunto accidente fue fingido por los atracadores que se llevaron el oro y un cerebro electrónico de maquinaria pesada.
EMBOSCADOS. De acuerdo con el jurista, las tres víctimas eran miembros de la cooperativa minera Zepita, y se presume que fueron emboscados en un sector alejado de la ruta por el cual se dirigían.
Se supo que las tres víctimas presentaban lesiones en la cabeza.
Los efectivos de la Policía Rural, tras levantar algunas evidencias, afirmaron que no había sangre dentro el auto y “que los tres habrían sido emboscados en la ruta a Guanay, eliminados y cargados en el mismo vehículo y lanzados al barranco para borrar las huellas y aparentar un accidente de tránsito”.
En tanto, el coronel Gary Omonte afirmó que los cadáveres de dos de las tres víctimas, trasladadas a la morgue de La Paz, serán sometidos a autopsia para determinar las causas exactas de sus muertes y obtener más pruebas del atraco.
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