La Corporación Minera de Bolivia (Comibol) arrancó ayer la explotación de oro en el yacimiento minero de Amayapampa del municipio de Chayanta en el Departamento de Potosí.
En un acto sobrio desarrollado en la región aurífera potosina se anunció el inicio de los trabajos de explotación del oro, de acuerdo con declaraciones anteriores del presidente de la estatal minera, Marcelino Quispe, los trabajos de exploración comenzarán en los desmontes y el nivel superior del yacimiento para luego de realizar trabajos de prospección y exploración que tendrán el financiamiento extranjero, pues se prevé conformar una empresa que explote ese mineral.
Los trabajadores tuvieron que esperar casi 20 años para que se consolide la presencia del Estado en el proceso de explotación del oro potosino porque estuvo en manos de empresas privadas que se turnaron en la administración dejando daños ambientales y deudas diversas.
Se trata de un yacimiento minero con alto contenido de mineral, pero para que pueda ser competitivo a escala mundial se había propuesto la explotación a cielo abierto por la Empresa Lyon Gold que dejó de operar a inicio de gestión dejando deudas como el pago de sueldos y beneficios sociales.
Los trabajadores pidieron que el Estado se haga cargo del yacimiento, pero en determinado momento intentaron asumir su administración porque dijeron que la Comibol no había cumplido sus compromisos.
El alcalde de Chayanta, William Guzmán Romero, confirmó el inicio de los trabajos de explotación de oro por parte de la Comibol y anunció que la gente espera que de aquí para adelante no puedan existir más dificultades para los trabajadores de la mina.
El alcalde sostuvo que este es el momento en el que se tiene que consolidar el pago de las regalías mineras en beneficio de la región porque las empresas que antes estuvieron operando en la zona evadieron esa responsabilidad.
Informes sobre la actividad extractiva de oro daban cuenta que no se registraban aportes regalitarios por la explotación de oro ya que se puede sacar facilmente el mineral de la zona.
20
AÑOS estuvo la mina en manos privadas sin dejar beneficios concretos para los trabajadores y la población del norte potosino.
La masacre de Navidad
En 1994, Raúl Garafulic Gutiérrez vendió la mina a la empresa Da Capo Resources Ltda. a un precio de comercialización de 8 millones de dólares. Se calcula que en realidad recibió 400 millones, pero se puso un precio ficticio para evadir el pago de impuestos.
En 1996, los comunarios del lugar tomaron el yacimiento minero y se produjo la intervención militar con la finalidad de hacer valer los derechos de los empresarios, acción que se vino en denominar “la masacre de Navidad” que dejó 11 personas muertas y casi un centenar de heridos.
La masacre se produjo durante la gestión de Gonzalo Sanchez de Lozada, quien no quería permitir que los comunarios tomaran los yacimientos mineros.
Militares y policías de Cochabamba y Oruro habrían participado en el operativo que costó la vida de 10 civiles y un coronel de policía, Eduardo Rivas Rojas, quien falleció por el impacto de una bala.
Tras la masacre, se firmó un acta de pacificación en la que la empresa y los trabajadores se comprometían a dialogar para resolver sus diferencias pero la crisis se mantuvo en el tiempo.
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